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Hablando de sexualidad con nuestros hijos

Hablando de sexualidad: ¿cuándo es el momento indicado?

No existe una edad mejor que otra para hablar de sexualidad con los hij@s. Ésta se encuentra presente desde el nacimiento y es, por tanto, un tema que no debe obviarse en las conversaciones.

Sólo es necesario tener presente una idea: en cada etapa hay que hablar de aspectos determinados de la sexualidad y con un lenguaje específico, y por supuesto nunca engañar ni inventar fábulas explicativas.

Para educar a los niños en sexualidad y afectividad existen materiales en formato cuento, cómic, videos, adaptados al lenguaje y desarrollo psicológico de cada edad, que los padres pueden utilizar de apoyo.

La coordinación familia-sistema educativo, es el tándem perfecto para la educación afectiva y sexual.

Idealmente, los padres no deben dejar para la adolescencia el "tema", porque se pueden encontrar con la sorpresa de que sus hijos adolescentes saben más cosas que ellos de sexo, aunque quizá muy mediatizadas por tópicos, mitos, ideas falsas y exageraciones.
Vivimos en una sociedad con múltiples fuentes de información, donde cualquiera, incluso un niño o adolescente, tiene acceso a libros, revistas, programas de TV, internet, programas de radio, etc. en los cuales continuamente se habla de sexualidad.
Escaparle al punto en las conversaciones familiares no evitará que se aprendan ideas por estos otros medios.

La información sobre sexualidad en la adolescencia

• Aunque progresivamente la sociedad va cambiando en cuanto al compromiso de la educación sexual, la información proviene fundamentalmente por cauces extra-familiares.
• En una encuesta a adolescentes españoles de 14 a 29 años, sólo el 18,8% habían obtenido la información sexual fundamentalmente de su padre o madre, la mayoría de ellos casi el 65% se habían informado preferentemente de sus amigos.
• Asimismo, los jóvenes refieren no confiar mucho en la familia como fuente de educación sexual y piensan que los amigos, los libros especializados o la propia experimentación, son los medios más adecuados para obtener información sobre sexo.

Hablando de sexo con adolescentes

En la adolescencia es preferible hablar con un lenguaje más claro y siendo más específicos. Hay que tener en cuenta que es el momento de las primeras experiencias sexuales, y que en un periodo de tiempo variable según la persona, se pasará de no tener experiencias sexuales o sólo auto eróticas, a tomar contacto con otra persona y posteriormente a la práctica del coito.

La educación sexual en la adolescencia está íntimamente ligada al desarrollo afectivo y emocional.

No debe caerse en el error de enseñar la sexualidad como si se tratara de una práctica profesional. El ejercicio de la sexualidad no es sólo conocimientos y habilidades sino que está vinculada a aspectos individuales y sociales (características físicas y psíquicas, percepciones de la propia persona –identidades sexual y de género- y de la sociedad –expresiones y roles de género-, emociones, sentimientos, etc.).

Por ello, sería recomendable enfocarse en:

• Desarrollar herramientas de comunicación con pares y padres –y adultos en general.
• Introducir/profundizar con los adolescentes el lenguaje de la sexualidad –contemplando todas las aristas posibles.
• Informar(se) sobre la fisiología humana en general y de la sexualidad en particular.
• Derribar mitos relacionados a mala información.
• Generar un contacto con su sexualidad sano y seguro.
• Evacuar preguntas relacionadas.

¿Cómo hablamos con ellos?

El problema de conversar con los adolescentes de cualquier tema íntimo, es que suelen tener cierto reparo a hablar con adultos de sus cosas y tienden a aislarse. Pero si los padres han sido comunicativos desde la infancia con ellos, será más fácil ahora hablar de sexo. En cualquier caso, nunca es tarde para recomponer la comunicación con ellos.

Estrategias para favorecer el diálogo diario:

• Comer  juntos sin TV ni dispositivos
• Interesarse por sus actividades y experiencias diarias –aunque nos parezcan poco relevantes-
• Buscar programas familiares de fin de semana.

Los padres deben conseguir que sus hijos confíen en ellos y les crean cuando hablen. Para ello, es importante hacerlo progresivamente, hablar de estos temas con naturalidad al ritmo que los hijos necesiten, apoyarse en ejemplos: libros, películas, revistas.

Una película o programa de TV pueden insinuar un tema, y entonces aprovechar la ocasión para hablar de ello.

También genera confianza revelar experiencias propias, los padres pueden contar sus experiencias sentimentales y sexuales, siempre adecuando la conversación a lo que los hijos pueden escuchar. Si se crea un clima de confianza y credibilidad, los hijos irán preguntando sus dudas y se podrán ir aclarando temas y profundizando en la educación sexual. Esto permitirá no dedicar un día exactamente a hablar de sexo, sino considerar este tema como normal y sobre el que se puede hablar en cualquier momento.

Sería también oportuno que los padres hablaran con el tutor, los directivos o los docentes del centro escolar para conocer qué tipo de actividades vinculadas con la educación sexual integral se han realizado o tendrán lugar en el futuro, en el colegio.

Es muy probable que en las áreas de ciencias naturales todos los escolares hayan estudiado aspectos fisiológicos de la sexualidad. Sin embargo, dados los aspectos bio-psico-sociales intervinientes, diversas aristas pueden (e idealmente deberían) ser tratados en otras asignaturas. Esta coordinación permitirá complementar aspectos y no dar mensajes contradictorios.

Sumando a lo antedicho, concurrir periódicamente a controles en salud con el pediatra y médico de adolescentes, puede ser de gran apoyo para apuntalar la crianza y el abordaje de este y otros temas.